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La ruina del fantasma de la ópera, del Teatro Real

La ruina del fantasma de la ópera, del Teatro Real

viernes 13 de septiembre de 2013, 19:59h
El Teatro Real es el teatro de la ópera de Madrid, y está considerado uno de los más importantes de España y de Europa. Se inauguró en 1850, funcionando de forma ininterrumpida como teatro de ópera hasta 1925. No volvió a abrir sus puertas hasta 1966, como sala de conciertos sinfónicos. En enero de 1991 comenzaron las obras de remodelación para la reconversión del Teatro en una sala operística, terminada a finales del  1995. El Teatro abrió el 11 de octubre de 1997, en una función de gala con los Reyes de España, en la que se representaron dos obras de Manuel de Falla: el ballet El sombrero de tres picos (con los decorados y figurines originales de Pablo Picasso) y la ópera La vida breve, puesta en escena por Francisco Nieva. Con este acto se ponía fin al periodo de 72 años durante los que Madrid no había podido disfrutar de su gran Teatro de Ópera. Desde el cierre en 1925 hasta que se inició una pequeña temporada regular en los años 60, en el Teatro de la Zarzuela, al que acudíamos los  reunidos en la asociación de amigos de la Opera, que presidia su director Juan Cambreleng  (1997-2001) que supo aprovechar las inmensas posibilidades  que ofrecía el nuevo espacio, resultante de la ampliación de la caja escénica en los años 20, que proporciona un vano de más de 80 metros desde los sótanos a la parte más alta de la torre de telares. Se diseñó una compleja maquinaria, concebida para efectuar movimientos escénicos en vertical, ante la carencia de espacio lateral, obligada por el diseño de la planta del teatro. El espacio escénico disponible para las escenografías supera los 600 metros cuadrados en el nivel cero, y llega hasta los 1.430 si se le añaden las áreas de montaje a 16 metros por debajo del escenario y el patio de butacas. El suelo del escenario está compuesto de 9 plataformas que permiten mover las escenografías entre ambos niveles.

    Bueno, Juan, después dimitió, por disensiones con el secretario de estado de cultura Miguel Angel Cortes, de cuyo Ministerio dependía el teatro, Ministerio que había derrochado en una primera fantasmada, el dinero público, En el Consejo de Ministros del 17 de mayo de 1989, y con Javier Solana como ministro de Cultura, se adopta la decisión de iniciar las obras de remodelación del Teatro Real.. El Gobierno avanzó una primera cifra de coste para el proceso que habría de convertir el coliseo madrileño en "uno de los mejores teatros del mundo": 2.200 millones de pts. Pura ilusión. El presupuesto final añadiría un 0 a 22.000¿Quién se llevaría la Coima?. También se avanza una fecha de inauguración: 12 de octubre de 1992. Pura ilusión. La apertura llegaría con cinco años exactos de retraso. Siempre, se habló del fantasma de la Opera, pero parece lícito pensar que alguno o trasgo pulula también por el Real. A los pocos meses de iniciarse la remodelación, el arquitecto González Valcárcel fallecía de un ataque al corazón, mientras enseñaba las obras a un grupo de periodistas. Más tarde, en septiembre del 94, un trabajador de 49 años moría tras precipitarse al vacío desde un andamio situado a 12 metros de altura. El 16 de noviembre de 1995, y debido a un error de manipulación, la gran lámpara de cristal de dos toneladas y media se desplomó sobre el patio de butacas, afortunadamente con el teatro vacío. La ministra de Cultura, Carmen Alborch, aseguró que se había tratado de "un hecho irrelevante" y de un incidente que no le había preocupado demasiado. El resto de directores, Inés Argüelles (2001-2004), Miguel Muñiz, Ignacio Garcia-Belenguer Laita, Stéphane Lissner, Luis Antonio García Navarro, Emilio Sagi, Antonio Moral , ha terminado con Gerard Mortier a quien acaban de echar, aunque el dice, que continua hasta el verano, a pesar de la destitución por
Gregorio Marañón, para sustituirlo por Joan Matabosch, gerente del Liceo de Barcelona.

Pero eso no solo no es gratis, sino que conlleva una gestión llena de pérdidas, derroche y fracaso en la venta de abonos. Yo fui, hace tres años, de los que me negué a renovar el abono, ante la vamos a llamar "singular" programación del Real, de las 8 operas del abono, 6 eran insoportables, hasta el punto de tener que regalar las entradas que me habían costado 160€ cada una, Operas que desaprovechaban los cuatro escenarios para ponernos delante un muro de cemento, con "ridículos minimalismos" propios del extraño gusto de los directores sucesivos. El "clan" formado por ellos se ha apropiado de un Teatro que es de todos, los abonos han caído un 17 %.

    Según Luis Guzmán: La herencia de Mortier:  ¿Quién  paga la infatigable línea de derroche que Mortier y la cúpula directiva ha mantenido en estos tres años de crisis financiera y recorte de recursos públicos destinados a la cultura.? El director artístico ha sido aprobado y reforzado por sus órganos gestores en todo momento, tanto por el presidente Gregorio Marañón y Beltrán de Lis, como el director general Ignacio García-Belenguer.  El Teatro Real es hoy un agujero negro, incapaz de retener la deuda por una desaforada tendencia al gasto. El BOE desveló en Junio 2013, tras publicar de golpe las cuentas de los ejercicios de 2010 y 2011, que la herencia recibida en el Real habrá que pagarla. Más del 90% de las funciones del Teatro Real dejan pérdidas. Gasta muy por encima de sus ingresos y acumula tanto deuda como déficit en sus balances. En el año 2011  10 de los 11 estrenos tuvieron más gastos que ingresos. El primer año de Mortier hubo un total de 106 funciones y un año después, 15 menos. Curiosamente, con lo que se recauda por taquilla con cada producción sólo da para pagar al coro y la orquesta (que son contratados).   Una producción ruinosa fue el montaje en el Madrid Arena, de la Casa de Campo, de la ópera San Francisco de Asís, de Olivier Messiaen. Se recaudaron 1.400.000 euros. Sólo se representó cinco veces y acumuló una pérdida de 850.000 euros (y un gasto de 3.600.000). La mayoría de los costes se multiplicaron por treinta.   En 2009, la caja del Teatro Real tenía 1.200.000 euros. En el año  2010, en que llegó Mortier  la deuda se disparó a 12.000.000 de euros (es decir, se multiplicó por 10). En el año  2011 se reconoce un agujero de 4.700.000 euros.

      El Real, apenas ingresa un treinta por ciento de lo que gasta. En  2011, los gastos se reducen a 40.000.000 euros, pero se ingresan 37.000.000 euros. De ellos, 24.000.000 son subvenciones. Las aportaciones directas propias son 13.000.000 euros. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid son los pagadores públicos. Aunque no se crea, el Real es la única unidad cultural en la que invierte el Ayuntamiento de la capital. Del resto ha preferido pasar a cero. Una hipoteca inmortal y una infracción constitucional. El BOE señala que los responsables de la institución no han cumplido con la obligación constitucional de reducir el déficit público. La Intervención General de la Administración del Estado en su informe complementario al de la auditoría de cuentas del ejercicio de 2010 considera: "Las medidas adoptadas por la Fundación no se ajustan al Real Decreto-ley".  El patrocinio no llega. El Presidente  Gregorio Marañón aseguraba que desde 2009 han "duplicado el patrocinio privado" y que hoy equivale casi al público. El BOE desmiente tal exageración. Los ingresos por patrocinio y donaciones han crecido solo un 5 % desde 2009.   Una opción responsable. En el Real conocen la fórmula del éxito y la del fracaso. La última ya hemos visto en qué consiste (gastar por encima de las posibilidades económicas de los presupuestos y escénicas del público). La otra, la del éxito: producciones más baratas y muy representadas, como el Werther (2011), de Jules Massenet. Obtuvo 1.600.000 euros de recaudación en sus 12 funciones y unos gastos directos de 1.900.000 euros en producción. DERROCHE FANTASMAL DE "LA CASTA" EN OPERAS INSOPORTABLES, Y RUINOSAS, ESO SI. MUY "SNOBS"

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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