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Obra de teatro La viuda alegre
Obra de teatro La viuda alegre

El glamour de 'La viuda alegre' seduce a Madrid

lunes 28 de diciembre de 2015, 17:29h

Aunque el libreto original de ‘La viuda alegre’, firmado por Victor Léon y Leo Stein, fue escrito en alemán, en este montaje los personajes hablan en castellano, y la acción discurre en el periodo de entreguerras, en lugar del recién iniciado siglo XX, como sucede en el original. En todo caso, la música de ‘La viuda alegre’ es fruto del compositor vienés Franz Lehár en 1905 y las características más evidentes de la obra son su elegancia y el tono humorístico en que discurre la acción.

Las raíces de la opereta vienesa hay que buscarlas en el Singspiel y en las farsas locales y entre los compositores que más influyeron en el establecimiento de este nuevo género figuran Franz von Suppé -‘La bella Galatea’ (1865), ‘Caballería ligera’(1866) y ‘Boccaccio’ (1879)-, Johann Strauss II –‘El murciélago’ (1874)- , o Karl Millöcker –‘El estudiante mendigo’ (1882)-. El nuevo género fue llamado así por tratarse de opereta, una obra teatral con canciones y bailes intercalados con diálogos. En el siglo XVIII el término significaba ópera corta, pero en los siglos XIX y XX tuvo el sentido de una obra con música de carácter ligero al gusto popular que, además de en Viena, tuvo también un eco muy fuerte en compositores franceses e ingleses.

La versión de ‘La viuda alegre’, que estos días ha traído a Madrid los Teatros del Canal reconvertida en musical está dirigida por Emilio Sagi y con la dirección musical de Jordi López, que dirige al Ensemble de la Orquesta Sinfónica Verum. Estará en la Sala Roja del 18 de diciembre al 17 de enero ((http://www.teatroscanal.com/espectaculo/la-viuda-alegre-musical/).

Hanna es una joven viuda acaudalada, habitante del pequeño principado de Opereta. Para intentar sobrellevar la adversidad sobrevenida de su viudedad, viaja a París, y las autoridades de su país quieren evitar a toda costa que su fortuna acabe saliendo del principado. Tan ardua y delicada labor es encargada al conde Danilo, primer secretario de la embajada en la capital francesa. Pero entre Hanna y Danilo había ya una historia de amor que no había acabado de cuajar. Y la dificultad de la labor encomendada al joven diplomático es aún mayor teniendo en cuenta que él no es el único pretendiente en ese París desenfadado y divertido y, además, la joven viuda decide que no es tan malo eso de “dejarse querer”. Y entre episodio y episodio, suena un vals tras otro, la fiesta no para, siempre regada de champagne y en un ambiente en el que la alegría es su característica más dominante.

La espectacular producción es del Teatro Arriaga de Bilbao, que cumple ahora sus primeros 125 años de vida, en donde Emilio Sagi es también director artístico en sus últimos tiempos y bien que se ha notado por la brillantez, valentía, renovación y seriedad de sus montajes. En el que nos ocupa no iba a ser menos, y en él no ha escatimado el lujo y los detalles en la escenografía, el vestuario, la iluminación y el atrezzo que son los que uno puede esperar de una producción como esta. Todo está puesto al servicio de la protagonista de la opereta, Natalia Millán, que es la cantante y actriz que se enfunda en la piel de ‘La viuda alegre’.

Glamour por doquier

Daniel Bianco ha diseñado esa deslumbrante y lujosa escenografía; Renata Schussheim es la figurinista del espectáculo y ha concebido el precioso vestuario que tanto ellos como ellas lucen a lo largo de los 90 minutos de montaje; un montaje que -como es lógico suponer- está preñado de números de baile muy variados y llenos de dinamismo, surgidos de la imaginación de la coreógrafa Nuria Castejón y, por último, la luz que envuelve todo ese universo teatral es de Eduardo Bravo.

El montaje consta de tres actos. En el primero, sitúa la acción en la embajada del pequeño principado de Opereta en París, un inmueble lujosamente decorado con lámparas con pie de estatuas doradas, dos escaleras de mármol con barandillas doradas y en el centro de ambas un gran reloj también dorado. El momento en que Natalia Millán desciende desde lo alto de las escaleras con un ajustado vestido negro brillante, con gran escote y la espalda al aire, es magnífico. El apoteósico comienzo es ya un augurio feliz de por dónde iba a discurrir el espectáculo. Los hombres que la reciben van vestidos de frac, mientras las mujeres lucen vestidos largos dorados, rosas,…, elegantísimos.

El segundo acto discurre en los jardines de la embajada. Las chicas, ataviadas con vestidos tradicionales de la república de Opereta, bailan danzas populares. Ya en el tercer acto, la acción se desplaza a Maxim’s, reputado salón de espectáculos parisino. En él, las bailarinas van ataviadas con faldas negras, con volantes rojos y tocadas con sombreros de plumas. Y allí tiene lugar el anhelado encuentro y reconciliación final de la viuda y el diplomático.

La versión musical dirigida por Jordi López es brillante y alegre y la estupenda intervención de la actriz, bailarina y cantante, Natalia Millán, es secundada con el mismo nivel por Antonio Torres como conde Danilo -un cantante también estupendo-, Silvia Luchetti, Guido Balzaretti, Iñaki Maruri y David Rubiera. Además, habría que añadir el sincronizadísimo coro de bailarines formado por ocho chicas y ocho chicos.

En conjunto, el espectáculo no defraudará a quienes gusten del género musical, y quienes decidan acudir a él por mera curiosidad o atraídos por las figuras que congrega esta opereta convertida en musical, saben que en Emilio Sagi tienen la garantía de un trabajo bien hecho y una producción que podría ser exhibida en cualquier teatro del género.

‘La viuda alegre’, de Franz Lehár, con libreto de Victor Léon y Leo Stein

Director escénico: Emilio Sagi

Director musical: Jordi López

Intérpretes: Natalia Millán, Antonio Torres, Silvia Luchetti, Guido Balzaretti, Iñaki Maruri y David Rubiera

Música en directo con el Ensemble de la Orquesta Sinfónica VERUM

Una producción del Teatro Arriaga de Bilbao

Teatros del Canal de Madrid (hasta el 17 de enero de 2016)

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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